Durante el verano pasado tuve la oportunidad de comprarme mi bicicleta de ruta, con lo cual se abrían nuevas posibilidades para recorridos, estuve combinando un rato pedaleadas ligeras de recuperación con mis entrenamientos de running que estaban enfocados a los maratones que tenía previsto correr y de esta manera irme familiarizando con mi nueva bicicleta.
Primeras rodadas sobre el asfalto
En Guadalajara la opción más viable para rodar y entrenar es en las inmediaciones del Estadio de las Chivas, anteriormente conocido como Omnilife, la superficie es de concreto, se encuentra en excelentes condiciones, hay bastantes anuncios que alertan la presencia de ciclistas. Es común ver la presencia de gruppettos. El circuito te permite hacer vueltas de alrededor 10K-12K, tiene zonas completamente llanas y un par de trepadas ligeras, así que podemos decir que es lo suficientemente completo como para hacer una buena rodada.
¡A carretera!
Ya teníamos varios fines de semana haciendo esta ruta del estadio y nos sentíamos con las fuerzas para hacer una ruta más larga y con otro tipo de exigencias con lo cual nos decidimos aventurarnos a rodar sobre López Mateos Sur (salida a Colima), el objetivo era rodar 50 kilómetros para lo cual una vez completados 25K nos regresaríamos. Así mismo nos serviría de reconocimiento de la ruta, ver el estado de la carretera, la seguridad para uno como ciclista, la cantidad de tráfico vehicular, el acotamiento, etc.
Salimos de Periférico Sur y Colón (Camino Real a Colima) y rodamos por Colón hasta llegar a la Av Ramón Corona, aquí dimos vuelta hacia la derecha para enfilarnos a López Mateos Sur, este primer tramo fue una gran felicidad, a pesar de que el asfalto tiene sus baches, iba muy contento por sentir el aire en mi cara, la carga vehicular no era tan pesada con lo que se logró disfrutar de muy buena manera.
Sobre López Mateos Sur
Una vez que tomamos López Mateos Sur se sintió el cambio en todo, en esta zona el boulevard tiene concreto por lo que la bicicleta va de una manera más cómoda pero el tráfico se tornó terriblemente pesado, con cuatro carriles aquí uno puede pedalear de forma medianamente segura, después de San Agustín se convierten en 3 carriles, el acotamiento está aceptable pero comienza a estar sucio con tierra y piedras. De buenas a primeras se hacen solo dos carriles, por lo cual no queda de otra más que circular lo más pegado posible a la derecha y evitar invadir el carril de la derecha.
Así como desaparecieron los 4 carriles también desaparece el concreto y quedas rodando sobre asfalto que si bien está en un estado regular para los vehículos para uno como ciclista pasa a ser un poco tortuoso al tener bastantes brincos, baches, lo que anteriormente era un amplio acotamiento se hace un pequeño espacio, cosas que uno solo ve al ir pedaleando.
Pasé las Plazas Outlet y me detuve a revisar la distancia que llevaba recorrida, comenzaba a sentirme muy vulnerable ante los vehículos que pasaban muy cerca de mi, llevaba alrededor de 15 kilómetros, aún quedaban por recorrer otros 10.
Entronque a Tlajomulco
A estas alturas comencé a dudar de hasta dónde rodaría, y por un momento pensé que lo mejor sería desviarme hacia Tlajomulco de Zuñiga, pero decidí seguir sobre la carretera y conocer un poco más. En este punto Tlajomulco queda a tu izquierda y San Isidro Mazatepec a tu derecha.
Pasé por debajo del puente del entronque y demarré para recuperar la cadencia. En estos momentos comencé a pensar que podría rodar hasta el inicio de la autopista y de allí regresar, aunque iría revisando el kilometraje, era la primer salida con un poco más de kilómetros en las piernas y no quería terminar exhausto.
Al poco tiempo pasé un poblado llamado Buenavista, aquí sin duda que fue cuando por primera ocasión me planteé muy seriamente regresar, la carretera se había tornado riesgosa y faltaba el regreso que prometía serlo de la misma manera. Me faltaban pocos kilómetros para los 25.
El regreso
Poco después de pasar Buenavista, en una curva con cierta pendience ascendente el poco acotamiento que aún existía desaparecio, aquí solo quedaba rodar sobre el carril derecho con el riesgo de que no te vieran los vehículos en la curva. En este punto fue cuando me detuve observé y lo que había no me gustaba así que me bajé de la bicicleta con el objetivo de cambiarme de sentido y regresar. No llegué a los 25K pero estuve muy cerca, eran 24.5, me daba por satisfecho, caminé un poco buscando el mejor punto para atravesar la carretera y ponerme en el otro sentido.
Me sentí aliviado de comenzar el regreso, pronto retomé el ritmo y esto hizo que me relajara un poco y me olvidara de la tensión que había sentido por los vehículos que pasaban muy cerca y muy veloces a mi lado. Al llegar de nuevo al entronque a Tlajomulco giré a la derecha y ver si hubiera sido mejor opción el rodar por allí,
Aquí la carretera es mucho más ancha, con tres carriles por lo que puedes sentirte un poco más seguro, a tu mano izquierda puedes ver el Cerro Viejo, vas de hecho en las faldas del cerro, y podrás sentir el ascenso que tiene la carretera en tus piernas. Es una buena opción sin duda ir a Tlajomulco. Hay una gran asta bandera en la que decidí detenerme a hidratarme.
En el Camino Real
Poco a poco fuí desandando los kilómetros y cuando menos lo esperé ya me encontraba a la altura Nueva Galicia, aquí di vuelta a mi derecha para más adelante incorporarme a Camino Real a Colima, una vez que estuve sobre el camino real me sentí en casa y seguro, dejé que mis piernas sacaran lo poco que les quedaba, apreté el ritmo lo más que pude, era momento de llegar al hogar y terminar nuestra rodada sobre el asfalto.

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