Después de haber pasado por una muy mala última rodada en «La primavera» esta semana decidí hacer las paces con mi bike, y simplemente rodar en ella y pasar un muy buen rato. Para esto decidí tomar el Camino Real a Colima y pedalear hasta su intersección con López Mateos, muchos pensarán que cómo fue qué decidí rodar en bicicleta de montaña sobre asfalto, pero es una forma también de ganar ritmo y forma.
El plan era comenzar a pedalear alrededor de las 7:00 hrs pero me desfase un poco y comencé a rodar a las 7:35 hrs, la mañana estaba un poco fresca, pero muy revitalizante, sabía que pronto ganaría calor al ir pedaleando y que sería un clima prácticamente perfecto, tal y como lo pensé no habían pasado ni 2 minutos cuando el frío desapareció y disfrutaba del clima.
Comencé a probar si mi rodilla izquierda, que en días previos estuvo molestándome estaba en buena forma, sentí una leve molestia nada que me detuviera, así que mi travesía iría bien.
Al poco tiempo de ir pedaleando vi que llevaba un ritmo bastante adecuado, entre 20-25km/h, nada mal para ir en una bicicleta de montaña sobre asfalto, así que seguí imprimiendo ese ritmo a mis piernas y me concentré en cada pedaleada para evitar perder ritmo, a esta hora de la mañana el tráfico era mínimo y la avenida se presta dado que no tiene muchos semáforos.
Me dediqué a ir viendo los alrededores, mismos que recorro con alguna frecuencia en mi vehículo pero que no me había dado la oportunidad de ir observando detalladamente.
Aproximadamente a los 27 minutos de ir rodando arribé al poblado de Santa Anita, es algo curioso el ver como a este tipo de poblaciones simplemente ya han quedado dentro de la zona metropolitana. Pocos minutos después de pasar el poblado llegué a donde sería mi punto de regreso.
Emprendí mi regreso, por mi cabeza pasó la situación de que sería más rápido dado que creía que era mayormente de bajada el trayecto pero no fue así, el trayecto tenía una muy ligera inclinación ascendente, así que prácticamente fue el mismo tiempo, hubo algunos momentos en que sentí que mis piernas trabajaban de una forma armónica y que poco a poco se apretaban ligeramente.
Cuando menos lo esperé estaba a punto de llegar al lugar del final del recorrido, revisé mi monitor y vi que el tiempo del recorrido había sido de 1:14 y que había recorrido poco menos de 30K, nada mal para una pequeña rodada matutina.
Ahora si, el próximo fin de semana regresaremos a la conquista de «La primavera», les anticipo que estaré buscando ir a la torre de vigilancia que se encuentra mas alejada, aunque no es la de mayor altitud y que es conocida como «Torre 3».
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